El cervecero de Santa Fe Federico García está en Karlovac. Llegó a Croacia hace casi dos meses gracias a una beca que obtuvo como estudiante de la Especialización de Producción de Cerveza y Microcervecería que ofrece la Universidad Nacional del Litoral.
Hace 20 años que la cerveza artesanal es parte del universo de Federico García, eterno homebrewer que reside en Santa Fe Capital. En 2002, mientras estudiaba la licenciatura en Administración, durante la elección de un tema para hacer un trabajo práctico supo que unos amigos iban a hacerlo sobre cerveza artesanal. “Cuando escuché eso dije ‘¡¿Qué?!’. Me volví loco y empecé a averiguar. En Argentina había un solo lugar en internet, que era la web de Cerveceros Caseros, era el único semillero”, recuerda sobre cómo empezó todo.
Como un portal que se abre para entrar en otra dimensión, el mundo craft se le presentó como un nuevo universo en el que transita gran parte de su vida y en el que no para de aprender. La pasión por la cerveza lo llevó a abrir “7 birras. Pinta para llevar”, su propio centro de recarga, el año pasado rindió para certificarse como juez BJCP (sigue esperando los resultados del examen) y hace un tiempo le puso nombre a la cerveza que cocina desde hace 19 años: Punta y hacha.
La birra casera, una novedad
“Che, hay un loco que tiró un clasificado en el diario que va a dar un curso de cerveza. Anotate y llamalo”, le dijo hace 20 años un amigo. “Hice el curso con Fabio Costa, un ingeniero químico. En 2003 hice mi primera birra, entre marzo y abril. Ahí arranqué: empecé a hacer cursos, a hacer birra con Daniel Llinas, que es primo mío. Cada uno hacía birra sin saber que el otro hacía. Después, cuando nos enteramos dijimos que no podía ser, en Santa Fe éramos tres o cuatro. Santa Fe estaba en pañales, mal. Íbamos a los bares, cada uno con un corni, la gente nos miraba, no entendía nada. Era todo muy novedoso”.
Sobre su primera cocción el recuerdo es todavía muy vivo. “Hice el estilo menos indicado para la primera vez: una lager, mi viejo pensaba que estaba loco”, cuenta sobre su primera experiencia entre ollas, lúpulos, malta y levas. “Era una utopía hacer una birra. Cuando la probamos, la cara de asombro de mi viejo fue impagable porque, a pesar de las peripecias que tuve que hacer para tenerla, salió una birra muy linda, muy rica, extrañamente tomable”.
Fue un viaje de ida: arrancó a cocinar y experimentar, y se siguió capacitando en manejo de levaduras, fermentaciones, cata, producción y análisis sensoriales, hasta que se alejó un tiempo no solo de la movida cervecera sino también de Santa Fe: por unos años se fue a vivir primero a Estados Unidos y después a Perú, donde cocinó birra con Diego Aste, cervecero craft pionero en territorio inca.
De Santa Fe a Karlovac
Su regreso a Argentina significó un nuevo comienzo: volvió a hacer birra, se abrió su centro de recarga e incentivado por Sebastián Collins, coordinador de la carrera, se inscribió en la Especialización de Producción de Cerveza y Microcervecerías que ofrece desde 2019 la Universidad Nacional del Litoral. “Realmente la carrera tiene profesionales de una trayectoria muy grande, de mucha experiencia. Gente muy grossa”, pondera Fede, quien se sumó en 2020 en plena pandemia y que ya está por concluir.
La beca que lo llevó a Croacia es para realizar prácticas en la planta cervecera piloto y análisis en el laboratorio de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Karlovac, a unos 40 kilómetros de la capital, Zagreb. En un principio, este beneficio que otorga a estudiantes el Programa de Financiación Erasmus+ de la Unión Europea estaba previsto para 2023 pero se anticipó para mayo de este año. Había dos cupos disponibles y si no se aprovechaba, la oportunidad se podía perder. “Estábamos todos enloquecidos. Quedamos cuatro para dos lugares, dos de Rosario, uno de Córdoba y yo de Santa Fe. Después nos informaron que habilitaban los cuatro cupos”, contó Fede antes de viajar. Felicidad total. Con Fede viajaron Fabián Ruata, de Peñón del águila, Córdoba; Nicolas Vinti, de cerveza Kalber de Rosario; y Natalia Rukavina, de Uma Malta, Rosario.
Durante el viaje no pararon de conocer gente, lugares, cervecerías y equipos de producción innovadores. En Austria visitaron Anton Paar, una fábrica de instrumentos de medición. También recorrieron Boormalt en Croacia, y el Instituto del Lúpulo en Eslovenia. El 7 de agosto Fede vuelve a Santa Fe. “Vuelvo con una cabeza más amplia. En Argentina tenemos cervezas de primera calidad y la experiencia vale porque conocí un montón de gente y empecé a abrir el panorama laboral a nivel internacional. Hay muchas oportunidades y es muy bueno tener la posibilidad de poder aprovecharlas”.